Necesitamos saber

mdpino20161-624x615

Maria Dolores del Pino – Presidenta de la Sociedad Española de Nefrología S.E.N.

El próximo 9 de marzo celebraremos el Día Mundial del Riñón, una efeméride que desde la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.) queremos aprovechar para sensibilizar a la población de la importancia de cuidar la salud renal. Una salud que, como la del corazón, está indisociablemente vinculada al estilo de vida, dieta saludable y ejercicio físico, de ahí que este año el leitmotiv del Día Mundial del Riñón sea la lucha contra la obesidad.

La obesidad se ha convertido en una epidemia mundial. Todo el mundo conoce que el sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para las enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión. Sin embargo, otra complicación de la obesidad menos conocida pero igual de importante es la enfermedad renal, ¿sabíamos que las personas obesas tienen un 83% más de posibilidades de padecer Enfermedad Renal Crónica (ERC)?.

diamundial_rinon_2017_a3-copy-1La obesidad y el sobrepeso atacan la salud del riñón tanto de forma directa como indirecta. Directamente, la obesidad puede causar enfermedad renal poniendo una carga indebidamente alta sobre los riñones (al fin y al cabo un cuerpo más grande necesita mayor función renal) y generando cambios metabólicos dañinos como inflamación y oxidación. Indirectamente, induciendo o empeorando la diabetes y la hipertensión, factores de riesgo de enfermedad renal, y…también es factor de riesgo para litiasis renal y algunos cánceres como el renal.

Prevenir es siempre la mejor forma de curar y en la Enfermedad Renal Crónica (ERC) desde luego no es distinto. Se estima que el 13,8% de la ERC en hombres y el 24,9% de la ERC en mujeres de países industrializados pueden estar asociados con sobrepeso u obesidad. Por tanto, evitar o actuar contra la obesidad es también prevenir la Enfermedad Renal Crónica, cuyo avance es tan preocupante como indiscutible.

En la última década, esta ha crecido en España un 20% y se estima que cada año unas 6.000 personas con insuficiencia renal avanzan en el deterioro causado por su enfermedad hasta necesitar Tratamiento Renal Sustitutivo (TRS): hemodiálisis, diálisis peritoneal o el trasplante renal.

La población no es consciente de que una persona que requiere diálisis pasa conectado a una máquina más de doce horas semanales, doce horas que no puede dedicar a la familia o los amigos, a su trabajo o a sus hobbies. Los médicos y los medios de comunicación han sabido transmitir lo que es el colesterol, que ocasiona el aumento de sus niveles y como reducirlos, ¿por qué no hacerlo con el filtrado glomerular?

No me cabe la menor duda de que si la sociedad fuera más consciente del coste en calidad de vida que tiene la enfermedad renal, vigilaría mucho más la salud de sus riñones, pondría más cuidado en hábitos identificados claramente como poco saludables –abuso de alcohol, tabaco, de determinados medicamentos, de sal en las comidas, de alimentos procesados, nula actividad física…-.

Hacerlo no es difícil y los consejos de prevención de la enfermedad coinciden además con los de las enfermedades cardiovasculares. Mínimo media hora de actividad física diaria, beber agua en cantidades suficientes, comprar alimentos frescos, tomar fruta y verdura, dormir adecuadamente, incluir más proteínas vegetales en la dieta –legumbres- y procedentes del pescado y no abusar de las carnes,…

El futuro de la enfermedad renal crónica depende de nosotros como sociedad. No depende sólo de los profesionales, no depende solo de las autoridades sanitarias, no depende sólo de la industria… depende fundamentalmente de todos nosotros como ciudadanos. Un hecho es indiscutible y casi imparable en las sociedades occidentales: el envejecimiento de la población. Por eso, la prevalencia de la ERC está aumentando a un ritmo del 3% anual en las sociedades más avanzadas y los últimos estudios publicados sugieren que podría duplicarse en una década. En nuestra mano está permanecer indiferentes ante esa inercia, asociada indisociablemente a la evolución demográfica, o ponerle antídoto o al menos un cierto freno. El mejor medio para luchar contra la ERC es la prevención, por tanto es primordial identificar y tratar la obesidad.

El tratamiento de la enfermedad renal crónica representa ya alrededor del 3% del gasto sanitario anual, por lo que la cuestión es también trascendente para la propia sostenibilidad de los servicios públicos sanitarios. Tampoco económicamente, podemos permitirnos el desconocimiento actual de las enfermedades del riñón y la tasa de diagnóstico tardío del 25% que directamente se relaciona con ese desconocimiento. Es preciso llegar a los medios y a los territorios donde se produce la conversación social para que la gente se entere de qué es eso de la ERC y cómo puede afectar a su calidad de vida.

Debemos hacerlo además de una forma positiva, estimulando los estilos de vida y hábitos saludables, pero sin miedo a alertar de los riesgos de una salud renal deficiente. El impacto en la calidad de vida es muy alto, y el 8,2% de los pacientes con ERC muere. La gente debe saberlo. Y no lo sabe. Muchos ni siquiera saben que con una sencilla analítica pueden conocer el estado de salud de sus riñones. Definitivamente, necesitamos saber más, mucho más, sobre cómo cuidar nuestros riñones.

 

María Dolores del Pino

Presidenta de la S.E.N.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Time limit is exhausted. Please reload the CAPTCHA.